Después de haber leído el clásico de Dostoievski, Crimen y Castigo, me propuse meterme de lleno en un mundo, que en aquel momento me era desconocido y me pareció apasionante, el de la literatura rusa.

Estudié la biografía de algunos autores y me llamó mucho la atención Leon Tolstoi, considerado como uno de los más destacados narradores de todos los tiempos. Así, decidí que ese mismo día iría a la librería a comprar Guerra y Paz. Obra maestra de la literatura mundial, que cuenta la historia  de dos familias  de la nobleza rusa ( siglo XIX ), los Bolkonski y los Rostov, con las guerras napoleónicas de trasfondo (batalla de Austerltz, Borodino, el incendio de Moscú).

Me propuse leerlo durante este pasado verano y lo hice con parsimonia, de una manera premeditada, para poder disfrutar de cada una de sus páginas, de las cuales va fluyendo, como un torrente, todo un espectáculo literario sin precedentes.

Un libro que, en su versión original, constaba de mas de mil novecientas páginas, ahora en su versión traducida  y habiendo reducido su número considerablemente, no deja de ser una novela demasiado voluminosa pero no por ello menos interesante.

Un libro ameno, con momentos memorables, personajes carismáticos y con una calidad literaria excepcional.

¡¡ LITERATURA CON MAYÚSCULAS !!

En esta sección, no suelo hacer este tipo de reseñas, pero como no sólo de libros de viajes y literatura clásica vive el hombre, he querido dejar un pequeño comentario de un libro, que en un principio me recomendó mi mujer, y que terminé de leer hace solo unas horas.

Un libro distinto, entretenido de principio a fín, perteneciente al género denominado "thriller psicológico".

Desconcertante, agobiante, claustrofóbico, asfixiante, angustioso. Son algunos de los adjetivos con los que podríamos definir esta adictiva novela, que no dejará indiferente a nadie.

Sorprendente relato, con una trama en la que intervienen tan solo tres personajes. Christine, la protagonista, sufre un raro caso de amnesia tras un accidente del que tampoco nada recuerda y que la obliga a reconstruir su existecia cada vez que despierta.

Engancha desde las primeras páginas, pero a partir de la mitad del libro no podrás dejar de leer. Un final previsible pero con alguna que otra sorpresa, en el que agradecerás el desenlace, pues tu mente, por fín, podrá relajarse.

Si lo tuyo es la intriga psicológica, no puedes dejar de leer esta pequeña joya; pero si no lo es, puedes leerla igualmente.

Entretenimiento cien por cien asegurado!

                                                               NO CONFIES EN NADIE. S.J.Watson

La semana pasada volví otra vez a Nantucket y de nuevo me enrrolé en esa goleta de tres mástiles, ese viejo y destartalado barco ballenero llamado Pequod. A las órdenes del Capitán Ahab surcamos los siete mares, a la caza de ese gran monstruo blanco, esa emblemática ballena conocida en el mundo entero: MOBY DICK.

Volví a leer  el clásico de Herman Melville y, de nuevo, me transportó a lugares lejanos en los Mares del Sur.

Un libro para olvidarte del mundo exterior y sumergirte en un mundo de aventuras, donde podrás vivir muy de cerca cómo era el día a día de esos hombres que surcaban los mares, a bordo de esos enormes barcos balleneros, en los que sabían el día que partían pero no tenían fecha de retorno. Una narración sencilla en la que el autor describe paisajes y lugares exóticos. Tiene pasajes memorables  en los que intervienen unos carismáticos personajes, como el joven marinero Ismael, que narra la historia; o Queequeg, ese indígena tatuado, tan valeroso como extravagante.

Una novela cuyo hilo conductor es la venganza y la obsesión de ese duro y enigmático personaje, el Capitán Ahab, por capturar y dar muerte  a la gran ballena que en otros tiempos se llevó su pierna en una lucha cuerpo a cuerpo.

Un libro que recomiendo para leer una de esas largas tardes de verano, ya sea en la playa, en la montaña o en el sofá de tu casa.

A diario, estamos expuestos a cantidad de problemas que afectan a casi todos los ámbitos de nuestra vida. Incomodidades y, en muchas ocasiones, cosas insignificantes e intrascendentes que nosotros mismos magnificamos y les damos una importancia tal, que llegan verdaderamente a agobiarnos. En el trabajo, con los amigos, en casa; cosas cotidianas que en muchos casos nos desbordan.

Estos párrafos son una reflexión a modo de introducción, para el comentario que he dedicado a un libro, para mí, imprescindible. La primera vez que cayó en mis manos fue a través de Paco, que me lo prestó. Lo recuerdo como si hubiera terminado de leerlo ahora mismo:

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO. Escrito por un psiquiatra y neurólogo austriaco, llamado Viktor E. Frankl, y publicado en Alemania en el año 1946.

Una obra que, básicamente, trata de la experiencia que vivió su autor y protagonista en un campo de concentración de la Alemania nazi, durante tres años. Y de cómo, además de haber perdido a su familia, trata de reponerse día a día a todas las atrocidades a las que fué sometido.

No es otro libro más sobre el Holocausto nazi, es una obra psicológica y humana impresionante. Analiza muchos aspectos. Entre otros, la capacidad sin límite del ser humano para hacer el mal; también analiza las razones que llevan a las personas a aferrarse a la vida y buscarle sentido en las condiciones más extremas.

Un libro tan desgarrador como real, para leerlo una y otra vez. Una obra con pasajes increíbles para subrrayar, reflexionar y, por supuesto, enriquecerse moralmente.

Hoy quiero hacer un pequeño comentario sobre un escritor, para mí desconocido hasta hace muy poco tiempo, uno de los más célebres representantes de la literatura hispanoamericana, un gran maestro del surrealismo y el relato corto. El autor en cuestión es Julio Cortázar, de padres argentinos pero nacido en Bélgica. Vivió muchos años en Argentina pero también en Francia, donde estaba nacionalizado cuando murió.

El culpable de que yo conociera a este autor fué Juan Manuel. Un día, junto con Pedro y Paco, estando alrededor de una mesa camilla, tratando de darle forma a los estatutos  del Club de Piragüismo, hablamos entre otras muchas cosas de música y de literatura. Yo les mencioné mi pasión por la música y mi predilección tanto por el blues como por el jazz.

Juan Manuel me dijo que me pasaría un pequeño cuento, que estaba seguro que me gustaría. La semana siguiente lo tenía en mi poder, fotocopiado y encuadernado. Lo leí y, efectivamente, me gustó. Y me gustó tanto que a los pocos días lo volví a leer, pero en esta ocasión muy despacio, disfrutando e intentando apreciar todos sus matices para entenderlo de principio a fín.

El cuento se titula EL PERSEGUIDOR y es un relato basado en la vida del famoso saxofonista de jazz, Charlie Parker.

Es curioso cómo Cortázar describe los ambientes del París más oscuro y deprimido. Ambientes nocturnos, en los que el alcohol y las drogas se mezclan con la desconcertante personalidad esquizofrénica del protagonista. Una trama muy bien dirigida por el autor en este episodio, que trata la tormentosa  existencia de este virtuoso y al mismo tiempo, oscuro personaje.

Después de El Perseguidor, Juan Manuel me pasó, vía e-mail, otro escrito de este autor: LA AUTOPISTA DEL SUR, un corto pero apasionante relato sobre como unos conductores, que en su mayor parte vuelven de fín de semana, se ven atrapados en un gran atasco en la autopista y, de como a partir de ese momento va transcurriendo el tiempo y los personajes forman una pequeña comunidad, en la que todos aportan su pequeño grano de arena para poder sobrevivir. Toda una serie de emociones y sensaciones pasan por la mente del lector en un breve espacio de tiempo y se hacen patentes la amistad, la alegría, la virtud, la maldad, el amor, la traición y hasta la muerte.

Una pequeña gran historia, con un final imprevisible, para pensar y meditar largo y tendido.

El próximo RAYUELA ?